domingo, 30 de marzo de 2014

LA TEORIA DE LA DISTORSION: LOS ARQUETIPOS BASICOS RECONOCIBLES Y LA CREATIVIDAD ONIRICA EN LOS ENCUENTROS CERCANOS CON OVNIS

 

Sherlock Holmes;
“El mundo esta lleno de cosas evidentes en las
que nadie se fija ni por casualidad”…






En las últimas décadas no ha habido ningún avance significativo en la comprensión del fenómeno OVNI, y particularmente en algunos de sus aspectos más confusos y desconcertantes como son, por ejemplo, los encuentros cercanos. En el año 1969 el insigne investigador Jacques Vallée revolucionó el panorama ufológico internacional con su extraordinario libro "Pasaporte a Magonia" al presentar una nueva visión del enigma. En dicha obra Vallée sentó las bases para un mejor entendimiento de los No Identificados, al relacionarlos con las apariciones no tan mitológicas de duendes, hadas, elfos, etc. en siglos pasados. Estas analogías evidentes entre los anillos de las hadas y los nidos de platillos, los secuestros de los elfos y las abducciones, etc. levantaron ampollas entre aquellos que defendían la hipótesis extraterrestre (tuercas y tornillos). Además describió que el fenómeno OVNI adaptaba sus manifestaciones (adecuando su aspecto externo) a la época en la que vivía el testigo, presentándose acorde a los tiempos que corrían. Definió a este fenómeno como un Sistema de control que de alguna manera "controlaba" o "manipulaba" a la humanidad a través de sus apariciones a lo largo de la historia. Comentaba la célebre oleada de extraños aparatos (air-ship) de finales del siglo pasado, donde los presuntos "extraterrestres" de hoy, se presentaban como científicos pioneros experimentando nuevos aparatos aéreos desconocidos hasta entonces.
En las páginas de "Pasaporte a Magonia" vinculaba a los OVNIs y sus tripulantes con otros fenómenos que hasta entonces habían pasados desapercibidos para muchos investigadores: "El mecanismo de las apariciones, desde los tiempos legendarios e históricos hasta los modernos es siempre el mismo y sigue el modelo de los milagros religiosos. Varios casos, que llevan el refrendo oficial de la Iglesia Católica (Fátima, Guadalupe, etc.) no son más en realidad -si aplicamos las definiciones a rajatabla-, que fenómenos OVNIS en los que el ser asociados con los mismos ha entregado un mensaje que se refiere a creencias religiosas y no a fertilizantes o a ingeniería, como en otros casos".
En su libro “Crónicas de Otros Mundos” (1988) ampliaba la información cuando decía; “Los fenómenos que llamamos objetos voladores no identificados no son, propiamente hablando, ni objetos ni volantes. Pueden desmaterializarse (…) Los OVNIs han sido vistos durante toda la historia y siempre han recibido una explicación en el marco de cada cultura (…) El contacto entre los testigos humanos y el fenómeno Ovni se produce siempre en condiciones controladas por este último. Su característica es un factor de absurdidad que conduce a las capas superiores de la sociedad en cuestión a rechazar la historia. Los símbolos transmitidos por el encuentro son absorbidos a un nivel profundo”.
 
Los OVNIS representan uno de los mayores desafíos con lo que se ha topado el ser humano. E indudablemente los encuentros cercanos, por la proximidad de los testigos al fenómeno, ofrecen la mayor fuente de información para resolver el enigma. 



 
Tal fue el calado de sus disertaciones, que incluso el doctor Joseph Allen Hynek, considerado hasta su muerte (1986) la máxima autoridad mundial sobre OVNIS y padre de la ufología científica dudaba de la realidad extraterrestre, en unas elocuentes declaraciones que efectuó en 1976 para la revista “UFO Report”: "Debo decir que la Teoría Extraterrestre es ingenua... debemos tener en cuenta los diversos factores que indican con mucha claridad un vínculo o al menos un paralelismo con episodios de naturaleza paranormal". El Dr. Hynek se sumó a los que pensaban en otras dimensiones o universos paralelos, que convivirían con el nuestro, como posible origen de los OVNIS. Teorizaba en 1976 sobre cómo podrían acceder a nuestra dimensión: "Si tenemos estos universos interconectados las probabilidades de pasar de uno a otro son muy pequeñas. Pero también puede haber un truco para hacerlo. El truco de la mente-sobre-la-materia. Las experiencias extracorpóreas podrían ser un ejemplo".
El investigador norteamericano Dennis Stacy, en el libro “OVNIS La Respuesta Definitiva” de John Spencer (1992), consideraba que: "América pudiera ser el refugio (si no el último bastión) de la llamada Hipótesis Extraterrestre". Stacy llega aún más lejos en su veredicto cuando escribe: "Podría argumentarse que cada lugar y pueblo no sólo tiene los ufólogos que se merece, sino que además, aparentemente, el fenómeno reviste rasgos peculiares en cada país. En E.E.U.U. esos rasgos propios implican, aparentemente, objetos físicos y fotografiados vistos por un gran numero de testigos como es el caso Gulf Breeze, acompañados por una oleada de abducciones y cierto olorcillo a animal muerto (...) Ya se trate del caso en el que el buscador sólo ve lo que quiere ver, o bien los casos se disfracen de broma perversa, el fenómeno permanece sin respuesta".
El doctor en filosofía Michael Grosso, en el libro “Lo imaginario del contacto OVNI” (1990), compilado por Dennis Stillings, incluía un interesante árticulo titulado "Los OVNIS y el Mito de la Nueva Era" donde reflexionaba lo siguiente: "Tendríamos que buscar los puntos de conexión entre los OVNIs y los otros fenómenos anómalos posiblemente relacionados con ellos: "Big-Foot, visiones de la Virgen, experiencias cercanas a la muerte, "sintonías" y varias cosas más". Las sugerentes investigaciones de Grosso le llevan a formular que el "fenómeno OVNI y otros fenómenos extraordinarios son manifestaciones de una alteración en el inconsciente colectivo de la raza humana”. "En mi opinión -continua Grosso- el fenómeno de los OVNIs indica la existencia de algún tipo de inteligencia que actúa sobre la raza humana. La acción es a la vez mental y física. La fuente sigue siendo desconocida. (...) No niego que algunos informes sobre los OVNIs sugiere que la inteligencia es extraterrestre. Pero cuando estudiamos el tema más detenidamente encontramos que gran parte de los fenómenos pertenecen al reino psíquico y al reino mítico. (...) Si los OVNIs son proyecciones psíquicas, es inevitable que tengan significación colectiva. (...) tanto los OVNIs -continua Grosso- como las entidades sintonizadas con el más allá, y los ángeles de la guarda, serían parte de un sistema de realidad que nosotros mismos estamos creando. ¿Pero con qué fin? Podría ser para advertirnos a nosotros, para enseñarnos, para despertar nuestro potencial, para recordarnos que somos los creadores de la realidad, para hacer mutar a nuestras mentes y nuestros cuerpos, para acelerar nuestra propia evolución"
Y aunque, como vemos, los planteamientos de Vallée fueron aceptados y ampliados por multitud de investigadores y estudiosos, en los últimos tiempos, coincidiendo con un descenso generalizado en la casuística mundial, no se han producido sustanciosos avances en el pensamiento ufológico.



LA TEORIA DE LA DISTORSION
Desde hace algunos años hemos desarrollado una compleja hipótesis, pero en el fondo simple, que puede aportar un nuevo enfoque al misterio de los OVNIs, basándonos en muchos de los trabajos realizados por ilustres investigadores como Vallée, John Keel, Grosso, Salvador Freixedo, etc. Se trata de la Teoría de la Distorsión. Dicha hipótesis sostiene que un agente externo desconocido utiliza la psique del testigo, “conectando” con ella, como principal fuente de documentación y referencia para la “fabricación” de los contenidos y elementos que se dan cita en los encuentros cercanos con OVNIs. La simbiosis o comunicación de la mente del observador y este indefinido "operador" es capaz de emitir un tipo complejo de “proyección holográfica” que en ocasiones puede ser tangible, tanto como para dejar huellas y marcas sobre el terreno. La "proyección" se desarrolla, y nunca mejor dicho, como si se tratara de una película protagonizada en primera persona por el testigo.
 
El agente externo es capaz de sintonizar y comunicarse con la mente de los testigos para extraer el "material  psíquico" necesario para conformar la aparición.
 
 
 
Lo curioso es que el agente externo añade siempre algunos componentes “propios” a la trama que pueden rastrearse y detectarse en cientos de incidentes diferentes y que sirven para su posterior proceso creativo por parte de la mente del observador. El descubrimiento de esta estructura interna, o sea el verdadero proceso de gestación de estas apariciones, demuestra que los pretendidos encuentros con extraterrestres ocultan otro tipo de fenómenos radicalmente distintos.
 No deja de ser extremadamente sospechoso que, independientemente de la forma externa de los “platillos volantes” y la variopinta y casi infinita tipología de los humanoides, éstos se entreguen a repetir ciertos gestos y acciones hasta la saciedad, como si todas las “civilizaciones extraterrestres” que nos visitaran se hubieran puesto de acuerdo en redundar en unos mismos patrones de conducta una y otra vez. En multitud de ocasiones los tripulantes de los OVNIs son descritos con “objetos” (palos, pistolas, bolas, etc.) en sus manos que lanzan rayos luminosos a los desprevenidos observadores o, en su defecto, es la propia “nave espacial” la que emite estos haces de luz que suelen inmovilizar o incomodar a los testigos para que no se aproximen a la escena que están observando.
A este rasgo característico, habría que sumar los denominados “Arquetipos Básicos Reconocibles” (ABR) que son utilizados por el agente externo como base de elaboración y desarrollo de las vivencias. Estos ABR son recursos y mecanismos psicológicos, expuestos en un lenguaje simple y diáfano, que ayudan, entre otras cosas, a la asimilación e interpretación de la experiencia, en un contexto aparentemente bizarro y desconcertante para el observador. Ya que se trata de situaciones muy ordinarias y adjudicables o extrapolables a un explorador humano que realizara un viaje espacial a otro planeta. De ahí que, en incontables ocasiones, los supuestos alienígenas se entreguen fervorosos al estudio del terreno y los alrededores, cavando incluso si hace falta para tomar muestras, a la reparación de la nave espacial (como si fuera igual de imperfecta que nuestros artefactos), o a establecer una comunicación, nada trascendental, solicitando ayuda para conocer dónde se encuentran, para pedir agua, o cualquier otra cuestión mundana, ordinaria o absurda. Pero sobre todo son recursos ideográficos que sirven para iniciar la construcción de una perfecta historia de visitación extraterrestre desde una perspectiva muy humana. Después, el agente externo, en permanente sintonía con el inconsciente del observador, añade los elementos individuales de cada testigo para completar los detalles y la acción de la trama que se dará cita en el encuentro cercano. De esta forma, mediante la "comunicación mental", el agente externo “añade” a los incidentes los Componentes Inconscientes Privativos de cada testigo, consiguiendo que cada experiencia, aun conservando una matriz común, derive en episodios, a priori individuales y diferentes, productos de la imaginación del observador. 
Pero en el fondo, las vivencias anómalas son sólo fruto y resultado del desarrollo o puesta en escena de unos mismos patrones repetitivos (avería, exploración, reconocimiento, rayos de luz, etc.) "adaptados" y "moldeados" a los conocimientos personales e intransferibles de los testigos y “recreados” por lo que la Teoría de la Distorsión denomina “Creatividad Onírica”:  la capacidad que tiene la imaginería del testigo de erigir una experiencia a partir de una “historia inducida”, con unos mecanismos y procesos similares a los psicodramas registrados durante el sueño, donde lo absurdo es un signo de identidad de un mensaje inconsciente codificado.
Por todo ello, casi todos los elementos citados anteriormente, incluido la utilización indiscriminada de los haces de luz, podemos encontrarlos incrustados en los encuentros cercanos de medio mundo. ¿O sería lógico hallar una uniformidad de comportamientos en diferentes alienígenas?. Sencillamente NO. Lo mas sensato es pensar es que las observaciones que hemos estado etiquetando como encuentros cercanos con seres extraterrestres, ocultan un tipo de “fenómeno psicológico” desconocido, orquestado por un agente externo que utiliza la información contenida en la psique de los testigos para “elaborar” parte de las experiencias. El método de expresión utilizado por este agente no identificado es la distorsión de nuestro contenido inconsciente individual, que se despliega ante los ojos del observador con un planteamiento análogo a las experiencias oníricas, pero controlando y delimitando que estas vivencias sigan los esquemas de la “visitación extraterrestre”, que es el objetivo que se pretende inculcar. De esta forma se evita que la psique del testigo “añada” o “aporte” demasiado material incoherente y, sobre todo, probatorio de que la mente humana es uno de los principales orígenes de la naturaleza de estos fenómenos. Si el agente externo no ejerciera esta tutela o control sobre la creación “mental” en el proceso de gestación de los encuentros cercanos, es probable, que en el interior de un platillo volador, más de un testigo hubiera observado a miembros de su propia familia, amigos o incluso a su actor preferido haciendo el “rol” de un visitante estelar. 
En resumen, la Teoría de la Distorsión sugiere que los encuentros cercanos con OVNIs y sus tripulantes, son el resultado de una “Creación Mental Compartida” entre un agente externo desconocido y el inconsciente del testigo. Por tanto, el significado, repercusión y propósito de estas experiencias hay que buscarlo en el plano mental.
 
En infinidad de ocasiones los tripulantes de los OVNIs han sido observados recogiendo muestras del terreno imitando a los astronautas humanos. Incluso los pretendidos extraterrestres utilizan herramientas muy parecidas a las nuestras para tales labores.


 
Pese a todo lo dicho, no estamos insinuando que los encuentros con OVNIs y sus tripulantes sean una cuestión estrictamente psicológica o alucinatoria que se limita al universo abstracto de la psique humana. Todo lo contrario. La  Teoría de la Distorsión establece que el agente externo es capaz de “fabricar” “Materia Efímera”, para dar corporeidad a algunos avistamientos y reforzar así la creencia de que se trata de fenómenos “reales” y “físicos” ajenos al testigo. Aunque las evidencias dejadas por nuestros escurridizos visitantes son de tal sutileza (quemaduras, hoyos, manchas, pisadas, etc.) que hace que sus apariciones sigan siendo paradigmas insondables y difíciles de creer para una mayoría de la población. Además, es importante reseñar que los encuentros cercanos pueden ser observados por más de una persona, ya que el agente externo recrea la escena básicamente de dos formas:
1.- Mediante una "proyección holográfica" (carente de materia). Esto explicaría infinidad de episodios donde los aterrizajes OVNIs no dejan huellas tras su paso, aunque por las características del terreno debería ser así.
2.- Mediante una escena dotada de materia, donde los humanoides, la nave y objetos observados son aparentemente físicos y tangibles (Materia Efímera). Sin embargo mas allá de la existencia temporal, delimitada en tiempo y espacio del fenómeno recreado para la ocasión, nada de lo percibido, sentido o palpado durante la manifestación tiene una permanencia real, física y continuada en nuestro universo tridimensional. Incluso si diseccionamos el tipo de rastros y huellas que suelen dejar los visitantes del espacio, estos coinciden a la perfección con el tipo de evidencias que cualquier persona podría suponer de antemano, desde ordinarias quemaduras producidas por escapes a manchas de aceite o radiactividad  Sin embargo nunca han aparecido tras un aterrizaje OVNI marcas realmente imprevisibles y no adjudicables a un desembarco espacial humano con tecnología terrestre. Las huellas producidas en los aterrizajes son también fruto de la Distorsión.
Sobre la naturaleza u origen del agente externo poco podemos aventurar con seguridad, salvo revelar su “modus operandi”. Quizás se trate de un fenómeno o epifenómeno psicosocial vinculado al inconsciente colectivo y que interactúa, con cierta independencia y con un tipo de inteligencia limitada y parasitaria, regulada con ciertos automatismos, con los seres humanos. O por el contrario, tampoco podemos descartar que se trate de un sistema de manipulación o camuflaje puesto al servicio de otro tipo de inteligencias desconocidas

Pero mejor será que veamos algunos ejemplos clarificadores de cuanto venimos diciendo…



UN EJERCITO DE ALIENIGENAS EN UN “AUTOBUS ESPACIAL”
Una noche de mediados de septiembre de 1971, Juan Rodríguez Domínguez de 80 años, vigilaba una finca de melones, propiedad de un teniente general de infantería, llamada “Los Lunarejos” en Aznalcóllar (Sevilla). Sobre las 22:00 horas Juan llegó muy nervioso y asustado al pueblo contando una extraña historia. Relató a sus vecinos que “algo” muy grande, parecido a un autobús luminoso, había aterrizado en el campo y había visto descender a unos misteriosos humanoides. Los investigadores J. J. Benítez, Ignacio Darnaude, Manuel Osuna y F. Laffite lograron entrevistar al testigo. Tal como describe Juanjo Benítez en su obra clásica "100.000 kilómetros tras los OVNIs", Juan Rodríguez observó sólo el preciso momento del aterrizaje: “Aquello se “aposó” como a 200 metros, no más de un servidor, (…) Antes de que diera un solo paso vi salir del “viajero” (como se referían en el pueblo al autobús), en fila, como en los colegios, entre 50 y 60 hombrecitos”.
 
El testigo observó estupefacto el desembarco de un completo ejercito de humanoides...
 (Foto cortesía de J.J. Benítez)

 
Los humanoides eran de pequeña estatura y estaban uniformados con un traje ceñido de color azul de una sola pieza. Tenían “viseras” o “algo” que les cubría la cara. Avanzaban en perfecta formación, en dos filas, sin hablar y “desfilaban” como un pequeño ejército. Todos iban en dirección a un pozo artesiano que había en las cercanías. El testigo se percató de que 5 o 6 humanoides quedaron en los alrededores del artefacto como vigilando la zona. “No habrían pasado ni dos minutos cuando aquellos hombrecitos sacaron una luz, algo así como una gran linterna y empezaron a enfocarme”. Juan sintió unas molestias en los ojos: “Me dolían. Entonces di media vuelta y corrí a la cabaña. Pero cada vez que asomaba la cabeza, allí seguía la luz.”
Aunque Juan iba armado con una escopeta de caza, nunca pensó en utilizarla  disuadido por el gran número de humanoides en la zona. En esos momentos creyó que los seres le enviaban una “orden telepática” para que se fuera del lugar. Así lo hizo, y el testigo huyó atemorizado hacia el pueblo. En la carrera aún tuvo tiempo para comprobar, cuando giraba la cabeza, que los humanoides le perseguían y continuaban deslumbrándole con aquella rara luz.
En un principio, Juan pensó, incluso, que su avistamiento podría tratarse de un intento para derrocar el Régimen del General Francisco Franco. En el lugar aparecieron multitud de huellas de pequeñas pisadas.



LAS HUELLAS DE LA DISTORSION
En este incidente hallamos varias pistas que nos pueden ayudar a rastrear los efectos palpables del fenómeno de la distorsión.
Por un lado, el evidente trasfondo “militar” incrustado en la experiencia parece tener unos orígenes claros. No en vano el testigo Juan Rodríguez trabajaba para un militar de alta graduación y durante la entrevista que mantuvo con los investigadores hacía constantes referencias al estamento castrense, incluyendo que en un primer momento pensó que aquello era una operación militar secreta para dar un golpe de estado en España. De ahí que los humanoides se comportaran y vistieran como soldados. Así narraba el testigo su encuentro: “Yo he visto muchos soldados. Aquí y en la “tele”. Y aquellos no lo parecían. Además no les ví armas ni mochilas ni gorras.”

El objeto aterrizó  muy cerca de donde se encontraba el testigo.







Sobre el material psíquico para la elaboración del “vehículo espacial” del que bajaron los más de 50 “soldados”, lo encontramos perfectamente reflejado, de nuevo, en el propio testimonio de Juan cuando describe la semejanza del supuesto OVNI a un simple autobús que veía con frecuencia en el pueblo; “Si, aquello era como el “viajero” –insistió el anciano guarda (…) ¿Qué forma tenía aquel “viajero”? Alargada como un autobús.”.
No deja de ser sospechoso para nuestro estudio que el objeto tuviese dos puertas como un autobús y que los humanoides bajasen; “en fila como en los colegios”, según las propias palabras del guarda. Aquí queda patente que el agente externo, cuando sintoniza con la mente del testigo, obtiene los detalles del autobús y datos generales sobre militares, y es la propia creatividad del testigo, que ante el inminente aterrizaje de un objeto de forma alargada, comienza a “elaborar”, de forma inconsciente, la construcción mental de su experiencia. De esta forma el aporte principal del guarda es que el artefacto volador sea parecido a un autobús y esté tripulado por un ejercito de extraños humanoides, que incluso descienden en perfecta formación castrense. Y para culminar la vivencia, el agente externo incluye el omnipresente “detalle” del “arma de luz” disuasoria… que como veremos a continuación, no es propiedad exclusiva de este particular batallón intergaláctico...



BUZOS Y RAYOS PARALIZANTES
Comparemos el incidente anterior con un avistamiento ocurrido 16 años antes en Francia. Sucedió el 15 de mayo de 1955, en Dinan, Côtes d'Armor (Francia). Sobre las 00:15 horas, Mr. Droguet regresaba a su domicilio, ubicado en una universidad donde era empleado, después de ver una película en el cine.  Cuando, al abrir la puerta del patio, escuchó un extraño ruido. Entonces un rayo de luz azul verdosa le impactó en la cara. Sus rodillas temblaron y el pelo se le erizó. En esos momentos sintió una vibración. En el patio de la universidad, el testigo observó un enorme artefacto de unos 12 metros de diámetro, en forma de platillo con cúpula, que flotaba a 1,50 metros del suelo. Junto al objeto, Mr. Droguet vió dos seres, de 1´60 metros, que vestían "algo parecido a un traje de buzo”, de color gris metalizado, muy similar al muñeco de Michelín. No parecía que se hubieran dado cuenta de la presencia del testigo. Tenían un casco muy grueso, guantes y en el vientre tenían una pequeña caja negra de la que salían varios cables. Uno de los humanoides parecía recoger “piedras” del camino de grava, mientras su compañero, que inspeccionaba los alrededores, “se acercó a una ventana y miró la sala de calderas". El testigo estaba muy asustado. Comprobó que no podía moverse: estaba completamente paralizado. Aunque no sabe si por la impresión o por la acción de la luz que aquel misterioso artefacto le proyectaba. Mr. Droguet dijo que creyó ver, en el interior del objeto, a un tercer tripulante que manejaba el “proyector de luz”, mientras le vigilaba. Entonces, los dos humanoides, que se movían con dificultad (como si le pesaran los pies), se introdujeron en el artefacto por un agujero negro central, en la parte inferior, donde había una escalera metálica. Pudo oír los pasos metálicos de los seres cuando subían. Después sintió como “una aspiración de aire” y el artefacto se elevó verticalmente sobre los árboles de la zona mientras giraba en completo silencio. Las luces del objeto se apagaron y dejó de verlo. En esos momentos recuperó la movilidad y huyó a su casa. La experiencia duró alrededor de 15 minutos, aunque al testigo le parecieron muchos más.
El investigador galo Henri Durrant afirmó certeramente en la revista “Lumiéres Dans la Nuit”, sobre la absurda recogida de grava del camino, que: “los extraterrestres tienen poco sentido común, a menos que no estuvieran realmente haciendo estudios de la geología, sino una investigación sobre el urbanismo humano”.
 
Los humanoides observados en Francia se parecían al famoso "muñeco de Michelín"...

 

En este suceso comprobamos cómo están latentes algunos de los componentes que observamos en el avistamiento del guarda sevillano. Tenemos un desembarco de 2 supuestos extraterrestres para inspeccionar el terreno, y un tercero que queda en la nave para “vigilar”. Además, el “vigilante” utiliza un medio para “amedrentar” al testigo que hemos registrado en infinidad de ocasiones, un instrumento luminoso paralizante. En ambos casos analizados acreditamos que el agente externo, aún desplegando unos componentes comunes  (aterrizaje OVNI, inspección de terreno y luces paralizantes), los testigos los utilizan y los desarrollan con su propia "Creatividad Onírica" otorgándoles una pátina de exclusividad en el contexto de una “historia” creada para cada ocasión. Por ejemplo Juan Rodríguez imprime a su encuentro el “contenido” militar, incorporando un “batallón” de pequeños humanoides de reconocimiento y un aspecto de autobús a la nave espacial, y por su parte, Mr. Droguet observa a unos humanoides parecidos al famoso Bibendum, el muñeco Michelín de la firma francesa de neumáticos (aspecto físico que estaría muy presente en el inconsciente de cualquier galo).
Por lo demás, el engranaje de ambas experiencias se basan en un guión similar: desembarco, inspección del terreno (pozo o grava) y utilización de rayos luminosos.
Pero veamos otro ejemplo de cómo La Teoría de Distorsión puede ser aplicada a otro encuentro cercano jugando con los mismos elementos expuestos anteriormente.



ENCUENTRO DESCONCERTANTE EN BRASIL
En esta ocasión nos trasladamos a Sudamérica para conocer la interesante experiencia de Toribio Pereira que, incluso, fue investigada profusamente por las autoridades militares brasileñas.
Ocurrió el  2 de octubre de 1968, en la ciudad de Lins (Brasil), donde nuestro protagonista de 41 años, trabajaba con su tractor. Sobre las 06:00 horas de la mañana, mientras revisaba el nivel de aceite del vehículo, se sorprendió al observar un extraño artefacto que flotaba a poca distancia del suelo, a unos 30 centímetros aproximadamente. Toribio Pereira desde una posición más elevada y a unos 8 metros de distancia, distinguió perfectamente que se trataba de un objeto de forma oval, de color dorado, y en cuya parte superior había una cúpula transparente. En el interior del disco había 4 sillas y un panel de instrumentos diferente a todo lo que hubiera visto con anterioridad en su vida. El objeto podía medir unos 5 metros de largo por 3 metros de altura. Pereira estaba muy asustado y nervioso ante la presencia de aquella rara aparición.
En ese momento el testigo descubrió que había 4 seres, de 1´60 metros de altura, de apariencia humana en torno al brillante artefacto. 
 
El objeto observado por Toribio Pereira era de color dorado con una gran cúpula cristalina en su parte superior.


 

Los humanoides eran casi idénticos entre ellos, muy bellos y con un rostro que recordaba, por sus expresiones faciales, al de los niños. Vestían una túnica azul que les cubría la cabeza y el cuerpo, y en la parte inferior llevaban una “especie de falda roja”. Lo más curioso es que en sus pies calzaban sandalias marrones con tiras enrolladas hasta cerca de la rodilla. Uno de los humanoides estaba en el interior del objeto y portaba en la mano un objeto parecido a un “taladro eléctrico” que Pereira piensa que se trata de un algún tipo de arma. El resto de los seres está examinando los alrededores de la aeronave. Uno de ellos, con ayuda de una “pala de plata”, está cavando en el suelo, mientras otro de los individuos se aproxima a Toribio y examina el motor de su tractor. El tripulante que estaba en el interior del objeto y que vigilaba al testigo, tecleaba sobre un panel horizontal parecido a un piano. En esos instantes, este humanoide miró fijamente al testigo y le “disparó”, con su arma, una bola luminosa que le impactó en el estómago. El testigo sintió un agudo e insoportable dolor en el vientre que le paralizó por completo, aunque podía seguir viendo y escuchando. Poco a poco, los seres retornaron al artefacto y ocuparon sus sillas. El objeto fue elevándose lentamente y, de repente y sin producir ningún sonido, desapareció a gran velocidad en escasos segundos.
Entonces el dolor del vientre comenzó a remitir, y el testigo se apeó con dificultad del tractor y fue en busca de ayuda. En el camino se topó con un amigo, Ismael, un camionero de la zona, que le trasladó hasta el ayuntamiento. Toribio Pereira estaba muy débil y cansado, los ojos presentaban unas grandes ojeras y estaba completamente pálido. Debido a su estado de nervios, fue examinado por el Dr. Antonio Geris, que no encontró nada anormal en el insólito paciente. Después de recuperar las fuerzas fue a su casa, donde tuvo varios episodios de llanto.
 
Los humanoides  vestían de una forma llamativa y poco usual para tripular una nave espacial. Uno de los tripulantes portaba en la mano un "arma" luminosa que utilizó contra el testigo provocándole un fuerte dolor en el vientre.


 

Posteriormente el testigo fue trasladado por militares brasileños a una base indeterminada del ejército donde permaneció 3 días, siendo medicado e interrogado varias veces sobre lo sucedido. Los investigadores brasileños creen que, posiblemente, los militares pertenecían a la IV COMAR - Comando Aéreo Regional IV, de St. Paul, que en esas fechas disponía de un grupo de investigación OVNI, el SIOANI - Investigación del Sistema Aéreo de Objetos No Identificados, al mando del Brigadier Mayor Joseph Vaz da Silva. En la semana posterior a su incidente Toribio Pereira perdió casi 7 kilos de peso.
Aunque la apariencia de los humanoides protagonistas de este encuentro cercano es radicalmente distinta a la de los dos casos anteriores, evidenciamos con asombro cómo el hilo conductor principal de la trama sigue teniendo presente los mismos “ingredientes” antes expuestos: aterrizaje, inspección del terreno y utilización de "rayos paralizantes".
Sin duda la absurda vestimenta de los tripulantes, incluyendo las "sandalias romanas", obedece a un aporte personalísimo "añadido" por la psique del testigo que, quizás, en fechas cercanas a su observación había visto en el cine o televisión actores con dicha indumentaria. No puede existir un detalle más hiriente y ridículo en un supuesto encuentro con seres extraterrestres que éstos vayan calzados de una manera tan desatinada y nada futurista. Este particular detalle absurdo, que sería elevado a categoría de enigma impenetrable por algunos investigadores, no deja de ser un mero aspecto circunstancial de la experiencia resultado de la interacción de la mente humana en la formación de los elementos, utensilios, vestimenta, calzado, etc. del encuentro cercano.
 

Antes de que las historias sobre platillos volantes irrumpieran en las páginas de los periódicos de medio mundo, la ciencia ficción ya describía y contenía imágenes sobre armas de rayos de luz en las manos de nuestros previsibles viajeros del espacio... (Esta ilustración pertenece al año 1939)
 


 
Por otra parte, el detalle de la pala para la extracción de tierra, así como el estudio de los alrededores, es un claro ejemplo de ABR, que ilustra a la perfección al tractorista brasileño sobre las intenciones de sus misteriosos visitantes. Además la presencia de la figura del “vigilante armado” ofrece una interesante pista de la presencia e interacción de un agente externo en los avistamientos, que repite ciertas pautas y comportamientos en sus "creaciones tridimensionales" a modo de sutiles esbozos de "guiones" a completar...


LA ESENCIA DE LA DISTORSION
Un ejemplo descriptivo de este mecanismo sería el de un profesor (en el papel del agente externo) que pidiera a sus alumnos (que serían nuestros eventuales testigos) elaborar un relato o cuento que contuviera los siguientes elementos: un bosque, duendes y un tesoro. Aunque todos parten de la misma base creativa, el desarrollo sería distinto de un alumno a otro dependiendo de la imaginación y la cultura  de los mismos (TV, cine, literatura, cómics, etc.). Algunos narrarían una fábula con un ejército de aguerridos y fornidos duendes y otros por el contrario sólo escribirían sobre un solitario y diminuto duende.
En los tres casos, que hemos revisado, en el presente trabajo descubrimos unos componentes comunes: aterrizaje OVNI, desembarco de humanoides, inspección y estudio del terreno, y la utilización por parte de un "vigilante" de un "rayo de luz" defensivo sobre el testigo. 
En los tres incidentes la "Creatividad Onírica" de cada observador despliega la escena de forma diferente, añadiendo, entre otras cosas, la tipología concreta de los humanoides y demás circunstancias del encuentro.
Por tanto, como hemos visto, a poco que nos esforcemos, encontraremos un eje vertebrador común en la estructura interna de los encuentros cercanos que son en esencia la raíz de donde surgen todas las experiencias, aunque manteniendo sus intrínsecas diferencias que son consecuencia de la "Creatividad Onírica" personal de cada testigo y que sirven para la evolución y crecimiento de las vivencias como historias independientes e inclasificables.
Y todo ello puesto al servicio de la Distorsión…







 

JOSE ANTONIO CARAV@CA








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